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Mostrando entradas de mayo, 2025

La cobardía del doble chulo gris

Porque sí, te leí. Y no quise responder. Y tengo el carácter para que lo sepas. No confío en la gente que quita los chulitos azules de WhatsApp. Punto.  Me generan la misma desconfianza que la gente que te dice “yo no soy celoso, solo protector” o “no creo en etiquetas” ¡Cobardes!  ¿Qué esconden? ¿ah? ¿Cuál es el temor profundo a que el otro sepa que leíste lo que te escribió? No es por privacidad, no me mientas.  Es porque no quierés que te lean las intenciones. Porque sabés que una cosa es ignorar a alguien y otra, muy distinta, es que esa persona sepa que la estás ignorando. Es una forma de manipulación pasivo-agresiva con carita de "no quiero problemas". Pero los problemas los armas igual, solo que con estilo evitativo. Dejas la responsabilidad del dilema en la cabeza de tu interlocutor o interlocutora.  Les cuento, yo ya anduve con un agua mansa. De esos que no alzan la voz, que parecen inofensivos, que mandan audios con tono de salmo. Y sí, de las aguas mans...

¿Está bien descualquierarse?

Porque a veces lo más rebelde es dejarse sentir, sin pedir permiso. Mi hermano me escuchó. No con esas orejas grandes de “te entiendo todo”, sino con ese silencio medio incómodo de quien intenta no decir lo que piensa. Porque claro, me quiere escuchar. Pero también es hombre. Y aunque se esfuerce, algo en su mirada se delata. Como si dijera: “no sé si esto que estás haciendo te va a hacer bien”. Yo le hablé de cosas que a una no le enseñan a decir: las dudas que te despiertan a las 2 a. m., las ganas que llegan sin haber sanado, los besos que no sabés si quieres, pero igual los das. Le hablé desde un lugar que no es valiente ni derrotado, solo el lugar desde el que se está  viviendo. Un lugar sin nombre, sin escudo, sin justificaciones. Y él, que me vio como “la niña” —aunque ya tenga 38 años —, ahora se da cuenta que hay partes mías que se saltó. Que hay cosas que vivo hoy que quizás él vivió a los 17. Que hay experiencias que se me quedaron embotelladas mientras yo hacía lo que s...

La Calle está dura

L a calle está dura, comadres. Dura como lunes sin café y con reunión a las 7 a.m., dura como vivir con suegra y sin puerta en la pieza, como corazón de ex que ya se enamoró de otra. Salir allá afuera, en el 2025, a buscar pareja (seria o no tan seria, una ya no exige tanto) es como ir al Éxito por papel higiénico y volver con una estufa que no necesitabas… y sin el papel. Vincularse hoy en día es un deporte extremo. Uno se lanza con emoción a la piscina de los “¡Hola, qué haces!” sin saber si está llena, vacía, o si hay un tiburón emocional nadando con cara de “no busco nada serio, pero sí quiero que me escuches todos los días, me cocines los domingos y me bajes el estrés existencial cuando no me dan like”, no quiero nada, pero me comporto como si lo quisiera todo.  Porque claro, ahora el compromiso no se da, se negocia. Se conversa con miedo, con condiciones, con notas emocionales alpie de página tipo: “Yo soy así, y no creo que cambie” o el hermoso “me da mamera empezar de cero,...

La casa que se reacomoda.

Parte del devenir de vivir en soledad —de esa soledad que se instala cuando se deshace la vida compartida— es empezar a encontrarle el gusto a los espacios vacíos. Al silencio. A los tiempos que son solo tuyos, sin que nadie te los dispute. Y aunque ahora lo diga con cierta serenidad, al principio da miedo. Mucho miedo. Uno de los mayores sustos cuando una se separa no es el adiós. Es el “¿y si me enfermo?”, “¿y si no puedo sola?”. A los quince días de haberme separado, me dio duro: fiebre, debilidad, angustia. Pero más que los síntomas físicos, lo que más dolía era no tener a alguien que me pasara la agüita tibia, que me arropase, que me dijera con voz suave: "aquí estoy". Ese día sentí que me moría más de la tristeza que del virus. La Juana de ese entonces se despertaba con el cuerpo quebrado y el alma hecha un ovillo. Y no era solo por la fiebre, sino por la nostalgia sorda que se arrastra entre las cobijas cuando te enfermas sin nadie que te alcance una agüita caliente o ...