Historias de Calle: ¿Cómo se pierde un zapato?


Los hay muchos, de todos los colores, todos los materiales, todos los estilos. Algunos más caros que otros. Algunos rotos, manchados, grandes y pequeños. Lo usual es que sean desechados en la basura, después de haber cumplido su vida útil; Normalmente se encuentran los dos, ¡juntos! La pregunta es: 

¿cómo termina un zapato solitario en el borde de una avenida o en la esquina de una calle? 

¿cuál es su historia? 

¿dónde está su pareja? 

Hay historias fascinantes sobre este hecho, por ejemplo, esos zapatos que reposaban bajo la cama después del amor, tirados uno por un lado y el otro por el otro, dejan ver la emoción y el afán con el que fueron retirados. Este zapato terminó en la calle cuando el esposo llegó, y él tuvo que recoger sus cosas corriendo, de afán, antes de la confrontación. En la esquina apenas iba terminando de apuntarse el pantalón cuando vio un hombre furioso que corría con un cuchillo en la mano. Sólo un zapato estaba en su lugar, el otro hoy recibe el sol y la lluvia de días enteros; ya van tres días y lo sigo viendo en la misma esquina.

Otras historias cuentan la vida útil de un zapato de sólo un día, esos zapatos que no tienen suela, que jamás cumplirán la función de un zapato, porque quien los usa aún no camina. El único contacto que tuvo con el suelo fue cuando el bebé en una convulsión de rabia sacó a volar el zapato que terminó pisado por varios taxis en avenida. ¿Qué hace a un zapato ser un zapato? ¿su función? ¿Su forma? ¿Sigue siendo zapato aquel objeto que nunca se usará para caminar? Aquel que su función es puramente decorativa.

Otra historia de un zapato en la calle cuenta la anécdota de una mujer que corría, a una entrevista de trabajo, detrás de un bus. Hoy ella no tiene empleo ni su par de zapatos negros de charol. Está la chancleta que fue arrojada a un hombre, desde un balcón, porque se dio cuenta que amaba más a la amiga que a su novia y ese día tuvo la valentía de decirlo. Está el guayo que fue olvidado en la cancha de fútbol, su compañero aún lo extraña en la guayera, aunque su dueño todavía no se ha dado cuenta de su descuido. 

Cuántas historias más puede haber, ¿tu cuántas más conoces? 

Hoy cada vez que veo uno en la calle me pregunto: ¿Cómo termina un zapato en la calle?

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