Los Controles

Víctimas de esta sociedad, las mamás tendemos a comparar absurdamente a nuestros hijos con los hijos e hijas de las otras; como si se pudiera decir que la comparación es sensata en algún momento. Desde que nacen y empezamos a ir a los controles nos preguntamos entre todas por el peso, la talla: ¿ya se sienta? ¿a qué edad empezó a gatear? Y ¿ya le salieron los dientes? Y así, infinitas preguntas que en realidad no nos llevan a entender nada, porque como ya lo sabemos, todos los seres crecemos y nos desarrollamos de maneras diferentes. Sin embargo, parece que, junto con el chip averiado de ser mamá, viniera en el paquete uno perfectamente bueno para comparar. Por ejemplo, mi hijo mayor caminó por primera vez a los 10 meses, claro el niño no gateó y eso que parecía una ventaja ante las otras mamás: "un niño tan pequeño que ya camina", no era otra cosa sino una incipiente tendencia de TOC en un bebé. Desde que Jacobo nació a él no le gustaba untarse de nada. No sé si la pen...