La cobardía del doble chulo gris

Porque sí, te leí. Y no quise responder. Y tengo el carácter para que lo sepas.

No confío en la gente que quita los chulitos azules de WhatsApp. Punto. 

Me generan la misma desconfianza que la gente que te dice “yo no soy celoso, solo protector” o “no creo en etiquetas” ¡Cobardes! 

¿Qué esconden? ¿ah? ¿Cuál es el temor profundo a que el otro sepa que leíste lo que te escribió?

No es por privacidad, no me mientas. 

Es porque no quierés que te lean las intenciones. Porque sabés que una cosa es ignorar a alguien y otra, muy distinta, es que esa persona sepa que la estás ignorando. Es una forma de manipulación pasivo-agresiva con carita de "no quiero problemas". Pero los problemas los armas igual, solo que con estilo evitativo. Dejas la responsabilidad del dilema en la cabeza de tu interlocutor o interlocutora. 

Les cuento, yo ya anduve con un agua mansa. De esos que no alzan la voz, que parecen inofensivos, que mandan audios con tono de salmo. Y sí, de las aguas mansas cuídame Señor, que de las otras me cuido yo. Porque ese, el que parecía bueno y dulce, terminó siendo una gonorrea disfrazada de “yo nunca te haría daño” esto pasó por mi "torpeza". Eso no es torpeza es falta de valentía para vivir, es mediocridad en el relacionamiento humano. 

Me hizo dudar de mí, de lo que sentía, de lo que valía. Todo sin gritar, sin pegar, sin hacer escándalos. Solo leyendo mis mensajes y nunca contestando los importantes. Haciendo que yo me sintiera exagerada por esperar un “te escucho” cuando me estaba cayendo a pedazos. Era como si la vida en su totalidad hubiera tenido puestos un par de chulitos grises. No se fuera a comprometer.

Por eso les digo, yo respeto a la gente que deja los chulitos azules activos. Porque eso es tener carácter. Es decir: sí, leí lo que me dijiste. Y sí, decidí no contestar. O sí, estoy aquí, pero no quiero hablar. Es tener la gallardía de decir, sí veo tus estados, me interesas aunque no te hable. Tengo interés en tu vida, no te hablaré nunca, pero al menos no me escondo. No me hago el huevón digital. No me disfrazo de ocupado crónico cuando en realidad soy emocionalmente evasivo.

¿Sabés qué se necesita para dejar los chulitos azules? Personalidad. Tener los pantalones —o la falda ajustada con dignidad— para hacerte responsable de tu silencio. Porque hay silencios que duelen, claro, pero por lo menos son honestos. En cambio, la ambigüedad del doble chulo gris solo alimenta la ansiedad del otro. Es como decir: "quizá lo vio, quizá no, quizá nunca le importó, quizá sí pero poco". Un limbo afectivo que ni en terapia grupal se resuelve. El dialogo solo se hace entre dos, por eso el prefijo di, diada... los monologos dejemoslos para los escenarios. 

Yo prefiero que me claves el visto y te vayas. Que duela rápido. Que arda de una. Luego vendrá una cerveza amarga y diga: "ok, listo, ya entendí". Pero que no me dejes adivinando si me ignoraste por falta de ganas o exceso de cobardía. Prefiero mil veces el no quiero responder. Y está bien. Pero lo digo con la frente en alto y el chulito azul brillando como bandera de que no me escondo.

Así que no, no confío en la gente que pone el doble chulo gris. Porque si no puedes mostrarme que leíste, menos vas a mostrarme quién eres.

Y a estas alturas de la vida —después de un agua mansa que me dejó cicatrices que no se ven, pero se sienten— yo ya no estoy pa’ tibiezas, ni para fantasmas digitales.


Estoy pa’ la verdad. Por más incómoda que sea.
Porque lo que más duele no es que no respondas.
Es que te leíste entera mi alma y aún así decidiste quedarte callado.



Comentarios

  1. Respuestas
    1. Hola, Buenos días. Muchas gracias por tu lectura, y muchísimas gracias por tu mensajito. Un abrazo viernístico.

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  2. Respuestas
    1. Muchas gracias por leerme, es genial saber que hay un interlocutor. Un 🫂 abrazo.

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  3. Imagino que comentar como Anónimo equivale a la chulada de dejar el doble chulo gris. Y sí, de acuerdo, o casi de acuerdo. Yo soy de esos, un poco sí, pero no tanto. También hay quienes optan por los chulos grises no para esconderse sino para no quedarse esperando respuestas que a veces no llegan. Yo prefiero escribir y no saber si me leyeron o no. La espera me genera ansiedad. Prefiero no saber, quedarme con la duda.

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    1. Querido Fito anónimo, muchas gracias por tú comentario. Buen punto el otro, no se me había ocurrido ese otro lugar. Igual, y cuando uno se entera que el otro leyó y respondió... Mirá una cerveza amarga y aceptar que así son las cosas. ¡Eso pule el carácter! Jajaja jajaja jajaja

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  4. Espero seguir disfrutando de tu escritura. Tu blog no quedó en visto, doble chulito azul...

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    1. Te doy un me encanta jajaja ❤️. Jajaja Gracias por leerme, gracias por dejar tu comentario. Me encanta la gente con personalidad que se decide a dejar los comentarios como claramente vistos. Tú eres uno de ellos.

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