Nuevos comienzos
Luego de haber vivido con una persona por 20 años, se tiene la costumbre de compartirlo todo. Cada paso que damos, en el inconsciente, parece tener un observador. Alguien que sin estar en cuerpo está ahí, para ti. Separarse es también empezar a ver el mundo de otra manera. Ya no hay observador.
Los hechos ahora son más importantes, porque todo se vive por primera vez. Ya no hay a quien contarle que se llegó a tiempo o que a uno se le quedó algo. Ahora las reflexiones son con una misma. Pero, esto que puede pensarse triste, no lo es tanto. Se disfruta un montón caminar sabiendose únicamente para ti.
Yo, que apenas ayer no sabía cómo vivir esto. Hoy veo todo con ojos de turista. Todo lo nuevo, lo desconocido está frente a mí. Entonces comprendo que hace doce años yo aprendí la lección. Se está con alguien por elección y no por necesidad. La misma persona me lo había enseñado hace doce años. No porque fuera sabío, sino porque desde entonces él ya había tomado la decisión de no ser para mí.
Hoy tengo un grupo de amigas, tengo familia que me han acompañado de manera maravillosa en este tránsito del desapego. También tengo una vida. Llevaba siendo independiente desde hace rato, porque él había decidido dejarme sola desde hace años. Cómo la sensación de ser sola venía conmigo desde hace tanto tiempo, esto de hoy parece llegar y acoplarse con naturalidad.
Estoy fuerte... Si hace una semana me hubieran dicho que hoy me iba a sentir así de tranquila no lo hubiera creído. Ha pasado tan poco tiempo que mis amigas y familia me dicen que estoy en estado de negación. Yo creo que estába viviendo este duelo desde hace dos años. Por eso pude darle fecha de caducidad a la lágrima.
Comentarios
Publicar un comentario