¿Dónde están las nuevas generaciones?
Hay un tremendo problema,
las nuevas generaciones se están quedando detenidas. Yo no sé cómo haya sido la
vida de los padres de mis amigos que crecieron con condiciones similares a la
mía. La de mis padres no cuenta, porque ellos crecieron en una realidad muy
diferente. Crecieron en fincas, el campo, entre animales, la siembra, la plaza,
sin radio ni televisor, sin fósforos, incluso sin papel higiénico. Por eso con
ellos no puedo pensar la comparación. Crecimos con una distancia de contexto
enorme.
En cambio, los padres de
mis amigas, que crecieron en estrato 3, en Bogotá, escuchando música y viajando
en taxi de vez en cuando. Ellos, ¿qué radio escuchaban? ¿Qué televisión veían?
¿Quiénes eran sus cantantes? Esto me preocupa, porque hoy a mis 32 años me doy
cuenta de que los periodistas, los locutores de las emisoras, los actores de
cine y televisión son los mismos desde que tengo uso de razón. ¿Qué pasa con
las nuevas generaciones? Y ¿A qué edad empezaron a trabajar los actores y
locutores de mi generación? Me pregunto esto porque han hablado desde siempre, pero,
además, siguen hablando de las mismas cosas desde hace 20 años. Peor aún, la
audiencia y los televidentes nos seguimos riendo con lo mismo. Las mismas
tonterías día tras día. Ponen a diario la música que sonaba cuando yo tenía 12
años y le dicen un clásico.
Si estos temas son clásicos,
¿ellos qué son? ¿viejos? ¿qué hacen en emisoras que fueron pensadas, por tradición,
para jóvenes? Pero, además ¿dónde están los jóvenes? ¿dónde están las nuevas generaciones?
¡dónde están!
Los nuevos periodistas
Las nuevas actrices
Las y los nuevos escritores.
Será que las nuevas
generaciones han decidido ser gente seria y se han metido a estudiar para ser
médicos, ingenieros, arquitectos y abogados. Por esa razón, no los veo en los
programas de la mañana o en el tradicional programa de chismes del sábado en la
tarde. Será que no los veo porque mi mirada sólo se dirige a los lugares
estúpidos donde se habla de cosas banales, triviales e insignificantes .
Espero de todo corazón
que sea así, y que no sea, como me lo temo, generaciones de gente trabajando a diario para convertirse en un youtuber de videojuegos, buscando
ganar dinero sin estudiar, esforzándose solo por cambiar de celular y ganar
seguidores en Instagram o twitter.
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