En un abrir y cerrar de ojos
Un día disfrutaba del sexo prematrimonial, de manera tranquila, como lo hace cualquier mortal y al día siguiente me vi con con dos hijos y la poca necesidad de un matrimonio... ya habían dos criaturas que formalizaban la relación. Me vi madre, y con preocupaciones que jamás me había imaginado. Qué preparar mañana de onces, cómo lavar la ropa para que no pierda el color. Cómo conservar la ropa sin arrugas, y trucos prácticos para organizar la vida, sin olvidar nada ni enloquecer... Trabajo difícil de lograr, pero necesario en la vida.
Un día, en medio de las rutinas de la mañana, abro los ojos y recuerdo que yo quería escribir. Que mientras tenía sexo prematrimonial pensaba en cómo describirlo en un escrito. No sé en qué momento entre el sexo y la vida se me olvidó que yo quería escribir, tal vez fue entre los 9 meses de embarazo, los nacimientos prematuros, las hospitalizaciones inesperadas, la necesidad de trabajar para comer, ya no solo yo, sino además los niños que por placer traje al mundo.
la necesidad de sexo es inherente al ser humano, pero se puede pausar. ¿y ahora cómo estás ?
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